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¿Qué es una endodoncia?

O como se conoce de forma popular: matar el nervio. Nada más lejos de la realidad, pues el nervio no se mata como tal, si no que se disuelve poco a poco.

El procedimiento en sí, lo que pretende, es vaciar el diente por dentro de posibles restos de nervio (llamado tejido pulpar) y eliminar todas las bacterias que hayan podido penetrar dentro del sistema de canales que conforman el diente, así como sellarlo de forma hermética una vez limpio mediante una serie de materiales que impiden que las bacterias puedan contaminarlo de nuevo.

No es de extrañar entonces que una buena endodoncia, a veces, requiera tiempo y se necesite más de una sesión para conseguir el objetivo global del tratamiento.

Es vital, realizar una buena restauración posterior del diente de forma integral para que no se filtren bacterias desde el medio oral.

Un diente endodonciado no siempre es sinónimo de un diente muy frágil, pero sí es cierto que pierde parte de su sensibilidad y, al ausentarse el nervio, parte de la sensación de fuerza que se hace al masticar.

Por lo que se debe no solo tener cuidado, sino poner medios para evitar que se pueda fracturar o deteriorar a medio o largo plazo.

Cuándo hacer una endodoncia (y cuándo no)

Desde que los implantes comenzaron a ser un tratamiento más accesible a todos los públicos existe en la población general un desdén por los propios dientes en favor de los implantes.

Se tienden a extraer dientes que podrían seguir funcionando mediante un tratamiento de conductos o endodoncia.

Existe una gran discusión entre los profesionales dedicados al mundo de la implantología y a los dedicados al mundo de la endodoncia sobre qué tratamiento es más efectivo.

Estadísticamente ambos son similares, si bien es verdad, los parámetros que miden el éxito o fracaso de una endodoncia son más “estrictos” que los que miden el éxito de un implante.

¿Qué ventajas representa hacer una endodoncia frente a una extracción y posterior implante?

Conservar una pieza que es más “nuestra” que la colocación de un cuerpo extraño (implante) con la consecuencia de la adaptación al mismo.

Existe más propiocepción en diente endodonciado que con un implante. Otra razón: muchas veces es estética

Según la asociación española de endodoncia solo existen tres causas que contraindiquen hacer un tratamiento de conductos:

  1. Cuando el diente tenga una fractura vertical, es decir, una rotura que englobe toda su longitud.
  2. Cuando exista una gran pérdida de soporte del diente.
  3. Cuando haya gran desproporción entre el tamaño del diente y las raíces, es decir, tengamos unas raíces tan pequeñas que no sean capaces de “soportar” al diente.

A estas tres contraindicaciones añadimos una última: aquellos casos en los que el diente este tan destruido o tenga una caries tan grandes, que no quede suficiente tejido remanente y sea muy elevado el riesgo de fractura vertical (primera contraindicación según la asociación española de endodoncia) .