Después de las Navidades, evita la caries en tu hijo.
Las fiestas navideñas suelen venir acompañadas de dulces, postres y golosinas que, aunque deliciosos, pueden dejar su huella en la salud bucal de los niños. Por ello, el inicio del año es una oportunidad perfecta para reforzar buenos hábitos de nutrición y cuidado dental.
Una de las primeras acciones es reducir el consumo de azúcar, principal culpable de las caries. En lugar de ofrecer golosinas o bebidas azucaradas, podemos optar por alternativas más saludables como frutas frescas o yogures naturales. Las bebidas también juegan un papel importante: el agua y la leche (sin chocolate!) son opciones mucho mejores que los jugos comerciales, que suelen estar cargados de azúcares.
Además, la dieta debe incluir alimentos que fortalezcan los dientes. Los productos ricos en calcio, como leche, queso y yogur, son excelentes aliados, al igual que aquellos que aportan vitamina D y fósforo, como el pescado y los huevos. Estos nutrientes ayudan a mantener dientes y encías en buen estado.
Otro aspecto clave es la regularidad en los horarios de comida. Establecer rutinas alimenticias no solo mejora la salud general, sino que también reduce el picoteo constante, una práctica que incrementa el riesgo de caries. Es importante evitar alimentos antes de dormir, especialmente si son dulces o pegajosos, ya que pueden permanecer en los dientes durante toda la noche.
Por supuesto, una buena alimentación debe ir de la mano de una correcta higiene bucal. Cepillar los dientes después de cada comida con una pasta dental con flúor es esencial, así como enseñar a los niños mayores a usar hilo dental. Las visitas regulares al dentista son fundamentales, ya que un chequeo temprano puede prevenir problemas mayores.
Finalmente, la educación es fundamental. Explicar a los niños, de manera sencilla y adecuada a su edad, los riesgos de la caries y la importancia de cuidar sus dientes puede ser muy efectivo. También es útil motivarlos con recompensas no alimenticias, como pequeños reconocimientos o actividades divertidas, para reforzar estos buenos hábitos.
Con estos pasos, es posible transformar los excesos de las fiestas en una oportunidad para mejorar la salud bucal y general de los más pequeños, garantizando un inicio de año más saludable.
