Tras las fechas navideñas viene el momento de contabilizar los «daños» producidas por las mismas. Aumento de peso, de colesterol, ácido úrico, etc. También debemos acudir al dentista para conocer cuanto han sufrido nuestros dientes durante las abundantes comidas y cenas que son típicas de estas fechas.
Durante estos días es muy típico cometer un error en los postres, todo el mundo piensa que es más perjudicial el turrón duro que el blando para nuestra dentadura, y no se puede estar más equivocado. El turrón blando contiene mucho más azúcar, lo que de primeras ya daña más nuestra dentadura, además tiene una textura que facilita que se quede adherido los dientes lo que puede acabar provocando caries o inflamación de las encías.
Cuando se come este tipo de productos hay que cepillarse muy bien los dientes una vez acabada la comida para evitar cualquier problema de salud en nuestra boca.